Entrevista a Ricardo Truffello/ La problemática de la migración desde Santiago a regiones

Flickr.com/ Luis Gavilán

3 de agosto del 2021/ El Mercurio/ Ricardo Trufello, director del Observatorio de Ciudades de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad Católica de Chile e investigador de CEDEUS, participó en un reportaje sobre el incremento del traslado habitacional en Chile desde 2019. 

El estallido social y la pandemia fueron el detonante para que varias familias decidieran migrar a otras regiones. Si bien la mayoría ya tenía el sueño de una tranquila vida en provincia, en pleno contacto con la naturaleza, estas situaciones apuraron el cambio y les dieron una oportunidad que para la mayoría ha sido muy positiva. El fenómeno  es tema de estudio por parte de investigadores y las propias inmobiliarias. 

Según Ricardo Truffello, son las familias jóvenes con hijos pequeños o preadolescentes las que engrosan la lista de migrantes

“Con la pandemia, muchas segundas residencias se han convertido en la primera,  a veces sólo por el tiempo que dura la cuarentena. Pero, hay bastantes casos en los cuales se ha profundizado el patrón.  Me parece que Puerto Varas es paradigmático por las amenidades que ofrece”, explica Ricardo Truffello, geógrafo, investigador de CEDEUS y director del Observatorio Ciudades UC.

Asimismo, el profesional da cuenta de un fenómeno no menor a tener en cuenta: los desafíos que enfrentan los gobiernos locales con la fuerte migración a otras regiones. “Muchas veces se genera una presión de vida  urbana en lugares donde hay normativas distintas, la gente se va con una idea bucólica y al poco tiempo aparecen exigencias de ciertos servicios, aparecen externalidades como la contaminación o los tacos.

“La migración es una situación que tiene sus complejidades”, indica. Situaciones que quizás se verán en el futuro; por ahora, el presente les brinda a estas familias un entorno seguro, natural y dónde se sienten a gusto. 

Puedes leer el reportaje completo aquí. 
Fuente: El Mercurio