28 Jan ¿Por qué no construir viviendas sociales en barrios ricos?
25 de enero 2019/ Esta fue una de las preguntas que planteó el investigador CEDEUS y del Instituto de Estudios Urbanos UC, Javier Ruiz-Tagle, en la presentación de la propuesta “Recuperación de Plusvalías para financiar la inserción de viviendas sociales en barrios consolidados” el pasado 25 de enero.
La recuperación de plusvalías es un tipo de recaudación fiscal asociada al aumento del precio del suelo urbano provocadas por intervenciones públicas. Un claro ejemplo es lo que pasa con los terrenos aledaños a las nuevas estaciones de Metro que suben incluso antes que comience su construcción.
El sistema actual de financiamiento de viviendas sociales (subsidios) es una ayuda directa del Estado que, al tener un monto fijo, es socio-espacialmente regresivo; Los pobres viven con los pobres y los ricos con los ricos, “el Estado le está regalando plusvalías a los más ricos cuando no construye viviendas sociales en sus barrios porque la homogeneidad contribuye a subir los precios de sus propiedades”, destacó Javier Ruiz-Tagle.
La propuesta impulsada por el investigador, junto a Juan Carlos Muñoz, Víctor Rocco, Gricel Labbé y Juan Pablo Shuster, considera tres mecanismos para recuperar las plusvalías: 1) Modificación al sistema de impuestos territoriales, 2) impuestos específicos a la venta inmobiliaria y 3) venta de derechos adicionales de construcción en zonas específicas.
Luego de la presentación de esta propuesta, comentaron sus alcances el Presidente del Senado, Carlos Montes; el Diputado integrante de la Comisión de Vivienda y Desarrollo Urbano, Gonzalo Winter; la dirigenta de la Federación Nacional de Pobladores (FENAPO), Paula Ormeño y Claudio Agostini, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez e investigador del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social.
La discusión abordó aspectos técnicos de la propuesta, pero también se analizó el contexto social en el que se presenta y en tal sentido el senador Montes reflexionó acerca de porqué se produce esta segregación, apuntando a que no es un problema de financiamiento y a la necesidad de repensar el rol del Estado en una sociedad que es controlada por el mercado, que ha llevado, entre otras cosas, a que “Chile es el paraíso del negocio del suelo”. Al respecto, Paula Ormeño de FENAPO, explicó que “el problema que siempre nos encontramos es con el precio del suelo y con las dificultades para expropiar porque el proceso es muy engorroso”.
Claudio Agostini, a pesar de señalar que le parece correcta la idea de fondo, hizo críticas a la iniciativa, señalando que más que poner impuesto a la venta de las viviendas cercanas a las inversiones públicas, el dinero se debería recaudar poniendo impuesto a los ingresos, ya que no se está considerando la evasión o las consecuencias que una medida como esta podría tener: “Si yo pongo impuesto a las ventas, la gente deja de vender y arrienda, no compra y no se recauda”.
Gonzalo Winter, por su parte, también se refirió a cómo en el mundo político se ha discutido los últimos 100 años si darle prioridad a la pobreza o a la desigualdad, y al hablar de segregación se está abordando esta disyuntiva. Señaló la importancia de poner ese tema en las prioridades del gobierno porque “actualmente la segregación socio espacial no está en la agenda del Gobierno”.