10 Aug Héctor Jorquera/Contaminación atmosférica en Santiago: ¿Para dónde vamos? ¿Qué se puede hacer?
Por Héctor Jorquera / Investigador del cluster Recursos Críticos
En Santiago el 50% del MP2.5 proviene del transporte. La restricción a los vehículos catalíticos intenta reducir su circulación. Con esto se reduce la congestión, lo cual reduce las emisiones del transporte. Una mejora sería restringir los vehículos catalíticos más antiguos, ya que emiten más que los nuevos. La restricción permanente funciona, pero en el mediano plazo se promueve la adquisición de un segundo vehículo, y la efectividad de la medida se diluye en el tiempo, como ha sido constatado en países como México.
La leña aporta un 20% al MP2.5; si se prohibiera permanentemente la leña en Santiago, se reduciría en forma drástica la contaminación en poco tiempo.
¿Hay otras medidas posibles? Aquellas asociadas a reducir las emisiones del transporte son viables y algunas se están implementando, como la extensión del Metro. La incorporación de los ‘corredores ambientales’ este año es una medida correcta y se podría evaluar mantenerlos todo el año e incrementar su número. Otras medidas posibles son: a) mayores impuestos al diésel, especialmente a los vehículos particulares, b) fortalecer la infraestructura para la bicicleta, c) mejorar el servicio de Transantiago para atraer más pasajeros.
¿Cuánto aportan las industrias a la contaminación en Santiago? Entre un 20-25% del MP2.5 se puede atribuir a la industria, por lo que se justifica seguir aumentando la regulación de este sector.
Hay medidas que las pueden implementar directamente por las personas: hacer más compras por Internet, compartir el automóvil, parar el motor en detenciones, evitar conducción agresiva, mantener el vehículo en buenas condiciones, caminar, usar bicicleta o transporte público.
Mejorar la calidad del aire en Santiago va a implicar mayores costos, pero es posible. Para lograrlo se necesitan medidas bien evaluadas e implementadas y la cooperación de todos los santiaguinos.