27 Jul Mes de junio se convirtió en el más lluvioso de los últimos cinco años en Biobío
El Sur / 27 de julio 2020 / Expertos en ciencias atmosféricas y ecología del paisaje explican que el aumento de las precipitaciones en la región del Biobío se debe a que el anticiclón del Pacífico está debilitado, reflexiona Francisco de la Barrera, ecólogo e investigador de CEDEUS.
La frase “está lloviendo como antes” se ha repetido durante casi los últimos meses entre los penquistas, sorprendidos por la cantidad de días en los que ha llovido esta temporada y que difiere de los cinco años anteriores, donde en muy pocos días era necesario usar paraguas. Y si bien se registraron sistemas frontales, estaban concentrados en un menor número de días, en comparación con este año.
La sensación de que ha llovido más es confirmada con los datos de la Dirección Meteorológica de Chile: a la fecha hay 643,8 milímetros de agua caída en la Región del Biobío, mientras que el año pasado esa cifra llegaba al 490,8 a la misma altura del mes.
En lo que va de julio han llovido 15 días, con un total de 133,2 milímetro de agua acumulada. El déficit de agua caída hasta este lunes, en tanto, era de 4,8%.
Sin embargo, expertos adelantan que aún no se puede cantar victoria de que este año tengamos efectivamente un aumento en el agua caída y que todo dependerá de lo que suceda desde agosto en adelante, donde los pronósticos estacionales indican que vuelve el déficit de lluvias.
PERIODO NORMAL
Juan Insunza, doctor en Ciencias de la Atmósfera y académico de la Universidad de Concepción explicó que la sensación de los penquistas se debe a que “en los últimos 10 años hubo muy pocas precipitaciones en nuestro invierno, eso produjo la megasequía: llovió en ese tiempo menos de la mitad de lo normal”.
Agregó que salvo por el periodo de megasequía, “en cuanto a precipitaciones, este año ha sido normal para un año típico. En cantidades normales y todavía con un poco de déficit”.
El periodo normal se trata de un promedio de las precipitaciones de los últimos 30 años o más. Incluso algunos meteorólogos, explicó Insunza, toman los datos de hace 50 ó 100 años, para determinar lo que implica las precipitaciones en un año normal. Y bajo ese parámetro se determina cuánto déficit existe en la actualidad.
Por otro lado, el aumento de lluvias en relación al periodo de mega sequía que estábamos viviendo, se debe a que “el anticiclón del Pacífico Sur está debilitado, este sistema se ubica frente a las costas de Chile y cuando estaba fortalecido no dejaba pasar los sistemas frontales, como estamos bajo el caso contrario, éstos pasan con facilidad, sentenció el académico de la UdeC.
A lo anterior se suma que el estado del océano es neutro, por ende, no estamos bajo ninguno de los fenómenos de El Niño ni La Niña. Es por esto que Insunza califica las precipitaciones de este invierno, como un periodo normal, pero que no se vieron en los años anteriores.
RECUPERACIÓN
El ecólogo e investigador del Cedeus, Francisco de la Barrera, recalcó que en este periodo se ha recuperado el agua que no cayó en aquellos años en que las precipitaciones eran menos frecuentes.
“Los sistemas naturales son capaces de resistir algunos periodos de agua, van adaptando sus funciones. Las lluvias de los últimos meses están alimentando el sistema natural que es el soporte de todas nuestras actividades”, puntualizó el ecólogo.
De la Barrera detalló que gracias al aumento de precipitaciones, éste puede ayudar a la recuperación de lugares como los que fueron afectados por incendios en veranos pasados. “Especialmente la vegetación nativa, se ve muy beneficiada con estas lluvias”, precisó.
Suma a los sistemas de almacenamiento de agua para energías hidroeléctricas y para agua potable, especialmente por sus beneficios para las ciudades.
“Ahora los embalses se podrán recuperar, cuando por mucho tiempo no lograron llenar la capacidad para la cual fueron construidos”, detalló.
Sin embargo Juan Insunza no es optimista en que las precipitaciones se mantengan por los siguientes meses, porque el pronóstico estacional asegura que desde agosto en adelante, las lluvias cesarán. El docente explicó que “la estación lluviosa se cuenta desde mediados de mayo y hasta mediados de septiembre.
Los pronósticos estacionales indican que a partir de ahora va a disminuir la cantidad de precipitaciones.
Eso puede hacer que se vuelva a repetir el déficit y este sea considerado un año seco”. Eso sí, reconoció que este tipo de pronósticos, que son más a largo plazo, tienen un mayor porcentaje de error por lo cambiante que es la atmósfera e, incluso, este año se equivocó el pronóstico respecto a lo que sucedió en junio con las lluvias.
Habrá que esperar que sucede en los próximos meses para conocer si habrá déficit de agua o no en la zona.
«La estación lluviosa se cuenta desde mediados de mayo y hasta mediados de septiembre. Los pronósticos estacionales indican que a partir de ahora va a disminuir la cantidad de precipitaciones». Juan Insunza, doctor en Ciencias de la Atmósfera y docente UdeC.
«Los sistemas naturales son capaces de resistir algunos periodos de tiempo sin agua, van adaptando sus funciones. Las lluvias de los últimos meses están alimentando el sistema natural». Francisco de la Barrera, ecólogo e investigador Cedeus.
Fuente: Diario El Sur.