11 Nov Carolina Rojas/Una ciudad sustentable es una ciudad caminable
ÚLTIMA PALABRA/ 08 de noviembre 2018/ Columna de Carolina Rojas, Geógrafa, Investigadora CEDEUS de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía de la Universidad de Concepción
Nos encontramos en un mundo urbanizado, con megaciudades de más de 20 millones de habitantes y con metrópolis y ciudades medias en crecimiento. De hecho, a partir del año 2010, solo crece la población urbana y decrece la población rural. Para el 2030 tenemos un gran desafío, nuestras ciudades tienen sí o sí que ser sustentables, nos quedan tan solo 12 años para conseguirlo.
A menudo se menciona que la ciudad sustentable tiene una forma compacta, apuesta por la diversidad en una mezcla de usos de suelo, pero principalmente es la que permite a sus ciudadanos realizar gran parte de sus actividades caminando, es decir es una ciudad próxima. En ella prácticamente podemos encontrar todo a unos 10 minutos desde el hogar, y como complemento, también es la ciudad que mantiene al menos un 40 % de sus viajes con el uso del transporte público.
Efectivamente una ciudad sustentable es la que nos permite y nos brinda oportunidades para caminar. Pero nuestras ciudades, sobre todo las sureñas, están dejando de hacerlo. ¿Por qué? Los resultados de las últimas Encuestas Origen Destino (EOD) en ciudades como Temuco, Valdivia , Osorno y Puerto Montt, así lo demuestran, y no por el clima, sino por el aumento de la motorización privada, cuya consecuencia es una baja sostenida en la participación del transporte público.
Aunque la caminata siga predominando en la realización de los viajes diarios, estudios han confirmado que las distancias caminadas cada vez son más cortas, e incluso son menores a 1000 metros. El automóvil está teniendo un incremento considerable en los cambios de la movilidad de nuestras ciudades medias, lo cual va en una dirección completamente opuesta a la sustentabilidad. Entregar la ciudad completamente al auto implica no solo dejar de caminar, sino perder espacios públicos, seguridad, recreación y derecho a la ciudad.
Por supuesto no todas las personas tendrán la oportunidad de vivir a 10 minutos caminando de sus actividades y disfrutar de los beneficios de la compacidad. Nuestros modelos de expansión han permitido y planificado -en muchas ocasiones sin opción-, que las personas vivan lejos de todo, sin accesibilidad a su lugar de trabajo, estudio, compras, recreación, etc. La dependencia del automóvil, sobre todo si están los recursos, puede ser un modo para desplazarse, pero aquí entran los métodos compensatorios de su uso. Esto significa que, si las ciudad sustentable nos ofrece las oportunidades, perfectamente algunas de nuestras actividades podemos hacerlas cerca y otras a distancias más largas.
Los suburbios y la urbanización en la periferia necesitan urgente dotación de transporte público, servicios y equipamientos que permitirán a las personas tener más oportunidades en sus trayectos caminando. El urbanismo táctico, popularizado desde la peatonalización de Times Square en New York, ha puesto énfasis en potenciar e intervenir de forma atractiva espacios para hacer más caminable la ciudad, donde el foco esté puesto en el peatón y no en los automóviles.
Volvamos a caminar, nuestro país es uno de los que presenta altos índices de obesidad, pongamos esfuerzos y creatividad en proyectos urbanos que mejoran la infraestructura para la caminata, principalmente en barrios de la periferia, donde muchas veces se camina por lugares sin veredas, sin luz, sinuosos y con rodeos por más de 20 minutos, por ejemplo para llegar a un paradero de bus. Una ciudad caminable no solo es sustentable, sino también saludable y resiliente.